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5 pueblos que visitar en Francia esta primavera

5 pueblos preciosos de francia que visitar esta primavera

Al buen tiempo, mejor cara. Así comienza esta primavera, y Francia nos abre sus fronteras de una forma especial, dejándonos conocer y curiosear por preciosos pueblos que te dejarán flipando. ¿Apetece un tour primaveral?

Francia es de esos países con belleza por todos los lados. Su capital, París, atravesada por el río Sena, es un espectáculo para todas las miradas que deciden acercarse y dar un paseo. De hecho, este país hace frontera con España, al oeste con el País Vasco y se extiende hacia el este por Pirineos hasta llegar a Andorra.

Una de sus curiosidades más impactantes es que posee la mayor cantidad de zonas horarias del mundo, debido en parte a sus territorios de ultramar, concretamente 12, siendo la Guayana Francesa la frontera más larga de Francia.

¡Eso sí! No podemos olvidarnos que es el paraíso de los quesos, más de mil tipos de quesos franceses que hay que probar, acompañados de la bebida más popular, el vino, ya que es considerado el segundo país productor de vino por detrás de Italia. Y gracias a la festividad de la Candelaria, podréis probar las ricas crepes que se suelen hacer en esos días.

De la gastronomía, saltamos a la moda, que no se queda atrás, diseños de Coco Chanel, Nina Ricci o Christian Dior les posicionan frente al mundo como uno de los grandes productores textiles con lo último de lo último.

De esta manera, hoy os presentamos un tour ameno y muy divertido por 5 pueblos del sur de Francia que todavía no conocéis ¿Preparados?

Queso camembert-Polina Kavoleva pexels

Lot


Comenzamos por el valle de Lot, situado al sureste de Francia y que da nombre al mismo río que pasa por allí, y nos deja gozar de maravillosos parajes naturales que nos llevan a castillos escondidos como el de Cénevières, situado en el Parque Natural Regional de Quercy.

Figeac y Cahors son dos de los lugares que poseen un rico patrimonio histórico-artístico con rasgos medievales que os harán vivir situaciones de cuento, y descubrir algunos de los viñedos que producen el vino tinto más antiguo de Francia.

No os olvidéis de dar un paseo por los mercadillos que se forman algunos días con los productos locales, porque quizá os entren ganas de llevaros alguna que otra cosilla típica de vuelta a casa.

Castillo de Cénevières-france-voyage.com

Garona


Seguimos con Garona, situado al sur del país hace frontera con el Valle de Arán en la zona de los Pirineos catalanes en España, desde donde nace el río del mismo nombre que llega hasta Burdeos.

Saint Bertrand de Comminges presenta una de las visitas más bonitas, gracias a su catedral románico-gótica, Sainte-Marie, en lo alto de una colina que si subís andando es realmente un reto fascinante.

Además, la zona de Luchón os permitirá hacer rutas de senderismo o deportes más arriesgados como parapente, piragüismo o escalada, terminando con lo más deseado, un baño en sus famosas termas para lograr esa sensación de relax cuando se está de vacaciones.

Además de disfrutar de lo que se ve, los restaurantes de Lot y Garona pueden terminar de conquistaros a través del paladar, gracias a algunas especialidades de la tierra como son el foie gras de pato para untar, el cassoulet muy típico de estas zonas a base de confit de pato, judías blancas, paletilla de cerdo y tocino, con un toque de tomillo y laurel gratinado al horno, y las galettes, unas crepes de trigo de sarraceno rellenas de ingredientes como las sardinas, huevo y jamón, y para coronar un buen menú, una tarte tatín de postre para los más dulzones.

Catedral Sainte-Marie- tourismehautegaronne.es

Aude


Muy cerca podemos descubrir Aude, desde donde podréis apreciar lo idílico de su historia de una manera distinta, subidos en el «Tren Rouge», que tomará altura y os dejará tomar fotos de las estampas primaverales al atravesar bosques de pinares, pasar por rampas hasta el Col de Campérié, cruzar gargantas y montañas y acabar deslizándose por los viñedos, con alguna que otra parada para catar el buen vino de estas tierras.

Carcassonne es la llamada ciudad fortificada que nunca se rinde, y cerca la ciudadela del vértigo en Peyrepertuse. Sin dejar de hacer mención de Narbona atravesada por el canal de la Robine, por lo que un paseo en barco sería una muy buena opción.

Hay tanto que ver que necesitaréis unos días y el alojamiento en Aude será tan cómodo como cada uno necesite.

audetourisme.com

Hérault


Llegando un poco a rozar el mar, llegaréis a Hérault, concretamente a Le Cap d`Age que presenta las playas más bonitas, alguna con arena negra y altos acantilados volcánicos como la Playa Grande Conche, así como la localidad de Séte, relacionada con Venecia, ya que posee el puerto viejo, puentes y canales que junto a las vistas de las coloridas y alegres fachadas de las casas, se pueden llegar a vivir experiencias únicas.

Ahí no queda todo, porque la localidad de Pézenas os cautivará a través de la tradición y la artesanía (escultores, abanistas, alfareros…) que aún conservan sobre la historia del lugar, como podréis ver de cerca en el palacio Lacoste.


Calle de Pézenas-france-voyage.com

Gard


Por último, llegamos a Gard, donde sus habitantes se suelen llamar gardois. Entre sus atractivos, el puente-acueducto romano del Gard es un emblema declarado patrimonio de la UNESCO por sus tres impresionantes pisos de arcadas, que merece una visita.

Además, la localidad de Uzés os dejará ir por sus callejuelas y plazas más pintorescas como es la plaza de las hierbas, donde encontraréis un ambiente muy animado e incluso un mercado provenzal los sábados. Si llegáis para el mes de julio quizá podáis disfrutar de los conciertos que se darán en el Palacio Ducal, una experiencia nueva en toda regla.

Por último, Beaucaire, es de esos sitios donde se respira la antigüedad, pero al mismo tiempo hay un espíritu moderno, siendo el azul el color que inunda muchas de las fachadas de las casas.

Plaza de las hierbas-france-voyage.com

Francia te da tiempo. Un tiempo que debes saber aprovechar, de pueblo en pueblo, de viñedos a garriga, de paisajes mediterráneos a bosque montañosos, para así entender que nada tienen que ver sus grandes ciudades con sus pueblos o localidades más pequeñas. Estás últimas te ofrecen una mirada más sencilla, rústica pero igual de cuidada que en las ciudades más pobladas. Estos pueblos se abren a todos pero una vez dentro debes saber apreciarlos, sin juzgar.

¡El camino lo harás tú, pero el sur de Francia te mostrará todo lo que sin querer estás deseando ver!